lunes, 23 de agosto de 2010

¡Luego de varias semanas sin descanso!

Hola de nuevo. Nos disculparán, pero Marina y yo hemos estado full con los arreglos de la bienvenida del nuevo miembro de la familia, organizando horarios, el trabajo electoral que me embargaba y las coordinacions con la familia.
Bueno, les cuento que hoy domingo al mediodía recién pudieron darle el alta a Marina, junto a Oscar, pudiendo haber salido desde ayer, pero un incremento en la temperatura de Marina hizo que el doctor la retuviera un día más. Más vale prevenir que lamentar. Marina estaba ayer devastada porque ya le habían creado la expectativa y extrañaba a Gabriel y a Sofi (ya iban 2 días sin verlos).
El día jueves Marina fue internada en el hospital con la seguridad de que Oscar iba a nacer entre 10 y 11 p.m., pero como nunca, la sala de operaciones estuvo ocupada y recién a la 1 a.m. del día 20 de agosto entró a operarse y a las 1:19 a.m. nació Oscar Armando. como en las anteriores ocasiones, yo me quedé hasta dejarla bien. A las 6 a.m. aproximadamente se puso muy mal y sino es por la ayuda de Dios y los doctores, hubiera tenido que reingresar a sala de operaciones para una histerectomía.
Yo regresé a casa de mis padres a las 7 a.m. dejando a Marina con el bebé en buen estado. Por la tarde volví a ir y mi Sofi se ha quedado desde el jueves a vivir en casa de mis padres, recién mañana por la mañana la tendremos de vuelta. Felizmente ella se adapta bastante rápído a nuevas situaciones.
De verdad estoy bien cansado, voy a descansar temprano, y lo que hace que no caiga desmayado es lo feliz que me siento por Osquitar, por Gabriel, quien lo recibió con un beso a su hermanito y porque veo que Gabriel está avanzando cada día un poquito más. Sobre él puedo decir que ahora en su intento de comunicarse, está repitiendo las últimas sílabas de alguna frase que decimos, osea nos imita. Gabriel está mejor del estómago, mucho mejor, y ahora llora como reacción a una reprimenda.
Bueno, mañana les cuento más sobre Marina y los niños. Bye.