lunes, 28 de mayo de 2012

DISBIOSIS INTESTINAL (problema de mi Gabriel y muchos niños con autismo)

DISBIOSIS INTESTINAL (sindrome del intestino permeable)
de El Autismo Tiene Cura, el jueves, 8 de marzo de 2012 a la(s) 21:30 ·

Es la condición por la que se genera en las primeras semanas del nacimiento, y luego cuando hay un daño gástrico causado por medicamentes, hongos, parásitos o alimentos que generan inflamación en la mucosa. Esta permeabilidad incrementada del intestino genera trastornos inflamatorios y alérgicos.El aparato intestinal está protegido por una membrana con funciones muy importantes para nuestra salud. Entre ellas la absorción de nutrientes, la producción de enzimas digestivas, de ciertas vitaminas y de anticuerpos, los cuales actúan como primera línea de defensa contra infecciones. Esta membrana tiene cierta función permeable, de hecho, si no fuera así no podríamos absorber los nutrientes de los alimentos que ingerimos, y está programada para rechazar sustancias que, al ser absorbidas, podrían dañar el cuerpo. Sin embargo, los hábitos alimenticios y de vida que tenemos y el medio ambiente en el que vivimos pueden, fácilmente, inflamar y dañar esta membrana dando como resultado un intestino demasiado permeable. Cuando la membrana intestinal se inflama, pierde su propiedad protectora y su capacidad de absorber nutrientes, de producir enzimas digestivas y de crear el ambiente perfecto para que los microorganismos que habitan en nuestro interior convivan en armonía.Con un intestino demasiado permeable estamos expuestos a cualquier invasión. Por ejemplo, cuando ingerimos alimentos no biológicos también estamos ingiriendo cientos de diferentes tipos de pesticidas, insecticidas, metales pesados y otros tipos de químicos. A través de un intestino inflamado y demasiado permeable, estos químicos pasan a la sangre afectando a los diferentes sistemas del cuerpo (inmunitario, hormonal, nervioso, respiratorio, reproductivo), causando síntomas tan variados como migrañas, artritis, alergias, menstruaciones dolorosas o irregulares, palpitaciones, mareos e irritabilidad, entre otros. Al mismo tiempo, un intestino inflamado y demasiado permeable es más susceptible a la invasión de parásitos, bacteria o la multiplicación de ciertas levaduras como la Candida Albicans. Todos estos microorganismos son responsables, a su vez, de una gran lista de síntomas que pueden incluir desde diarrea hasta tos crónica. Por otro lado, estos microorganismo suelen inflamar el intestino causando un exceso de permeabilidad.Enfermedades y desequilibrios relacionados con el síndrome del intestino demasiado permeableEnfermedad celíaca Alcoholismo Enfermedad de Crohns Alergias alimenticias Eczema tópico Parasitosis crónica Candidiasis crónica Síntomas relacionados con el síndrome del intestino demasiado permeable Migrañas Dolores musculares y de articulaciones Diarrea y/o estreñimiento Fatiga Décimas de fiebre Malestar general Hinchazón abdominal Flatulencia Náuseas Palpitaciones Mareos Problemas menstruales Mal aliento Nerviosismo Insomnio

CAUSAS MÁS COMUNES DEL SÍNDROME DEL INTESTINO DEMASIADO PERMEABLE

La causa principal, como ya he mencionado, es la inflamación. Esta puede ser debida a:Poca masticación en las comidas o deficiencia de ácido clorídrico o enzimas pancreáticas. Cuando los alimentos ingeridos no se digieren bien se produce fermentación y/o putrefacción en el intestino. Esto da lugar a la producción de ciertos gases que pueden dañar e inflamar la pared intestinal.Deficiencias nutricionales. Una dieta pobre en nutrientes puede ser responsable de muchos problemas de salud, entre ellos el intestino demasiado permeable. Dieta proinflamatoria. Ciertos alimentos y sustancias como el trigo, productos lácteos, azúcar, café, té, alcohol y alimentos procesados y no biológicos, pueden irritar el intestino produciendo inflamación y excesiva permeabilidad.Uso de medicamentos como los esteroides, aspirina y paracetamol, los cuales, aunque alivian los síntomas de inflamación en otros lugares del cuerpo, afectan la mucosa gastrointestinal y precipitan un ataque enzimático y de ácido en la pared intestinal. Desafortunadamente, las personas que sufren del síndrome del intestino demasiado permeable son las, que con más frecuencia, toman este tipo de fármacos debido a los síntomas que presentan. Infecciones intestinales, incluídas infecciones por bacteria, levadura y parásitos. Intolerancias alimenticias que pueden producir toxinas en el intestino y, por consiguiente, irritación e inflamación.

TRATAMIENTO PARA EL SÍNDROME DEL INTESTINO DEMASIADO PERMEABLE:

Hay tres pasos a seguir en el tratamiento del síndrome del intestino demasiado permeable:

1) Eliminación de las causas:

Reduce al máximo irritantes como cereales con gluten, picantes, alcohol, té y café, comidas fritas y carne roja. Elimina el trigo y los productos lácteos y cualquier alimento que se sospeche pueda estar causando alergias o intolerancias. Evita el tomar drogas antiinflamatorias. Trata cualquier infección de levadura, parásitos o bacteria que pueda existir .

SINTOMAS DE CANDIDIASIS CRONICA

Los síntomas de la candidiasis crónica son muchos y pueden ser muy variados. Es muy importante saber porqué la candidiasis puede producir estos síntomas para entender mejor este desequilibrio. Existen muchas personas con candidiasis crónica que no han sido diagnosticadas y, en cambio, son tratadas como pacientes hipocondríacos, deprimidos y/o ansiosos.

Desafortunamente, estas personas están tomando Prozac, Seroxat o ansiolíticos, en vez de seguir un tratamiento para la candidiasis. Parte de esto, es debido a que, normalmente, la candidiasis se relaciona únicamente a los síntomas propios y localizados que crea la infección. Por ejemplo, en general con la candidiasis vaginal sólo se contemplan los síntomas localizados en la vagina; con una candidiasis oral, se presta atención únicamente a los síntomas propiamente de la boca... y los tratamientos son locales. Sin embargo, la candidiasis crónica hay que analizarla en su conjunto, hay que ir más allá de su manifestación localizada.

Un punto muy importante que normalmente suele ser ignorado a la hora de diagnosticar y tratar la candidiasis crónica, es que su origen suele ser intestinal, aún cuando estemos contemplando una candidiasis vaginal.

Cuando la candidiasis crónica prolifera en el intestino puede cambiar su anatomía y fisiología. Esto quiere decir que puede dejar de ser una levadura y convertirse en un micelio micótico. Se sabe que las cándidas son organismos dimórficos y pueden existir en estas dos formas. En su estado de levadura no es invasiva, mientras que en estado micótico produce rizoides (o raíces muy largas) altamente invasivas que pueden penetrar en la mucosa.

Esto puede causar una excesiva permeabilidad de la mucosa intestinal, permitiendo la introducción a la sangre de sustancias (toxinas, proteínas mal digeridas, etc.) que pueden actuar como antígenos alterando severamente el sistema inmunitario. Por otro lado, una excesiva permeabilidad intestinal puede, a su vez, deteriorar los receptores nutricionales celulares, favoreciendo una mala absorción y, dando como resultado, una desnutrición.

Se sabe que las cándidas en su estado micótico pueden producir 79 productos tóxicos, entre ellos el más abundante es el acetaldehido. Sherry Roger, médica y experta en temas de enfermedades medioambientales, tiene abundante material publicado, absolutamente único e innovador, respecto al acetaldehido. Algunas de las conclusiones a las que han llegado ella y otros investigadores respecto a los efectos negativos de este químico son:

Favorece la formación de sustancias vaso-activas, como la adrenalina, produciendo síntomas como nerviosismo, pánico, miedo, taquicardias y sofocos.
Interfiere con los receptores del la acetilcolina, importante para la memoria y el sistema nervioso.
Produce histamina, y por lo tanto, inflamación en cualquier parte del cuerpo.
Bloquea enzimas metabólicas, lo cual puede llevar a bloqueos en la formación de neurotransmisores, por poner un ejemplo.
Destruye la vitamina B6, la cual es importante para la protección de las membranas mucosas, el fortalecimiento del sistema inmunitario, el equilibrio del sistema hormonal y la producción de ácido clorhídrico y enzimas digestivas.
Deprime del sistema inmunitario.
Destruye del glutatión y la cisteína, necesarios para desintoxicar el organismo.
Reacciona con la dopamina, lo cual puede causar depresión, insomnio e incapacidad de respuesta ante el estrés.

Por otro lado, las Cándidas encajan en los receptores hormonales de las células compitiendo con hormonas, pero también pueden crear receptores de nuestras propias hormonas en sus superficies. Esto puede causar un bloqueo y desequilibrio del sistema hormonal y un sinfín de problemas como síntomas premenstruales, infertilidad y endometriosis, entre otros.

Algunas levaduras como la Cándida krusei y la Parapsilosis producen tiaminosa (una enzima) que destruye la vitamina B1. La falta de esta vitamina puede producir síntomas como irritabilidad, dolores musculares, falta de concentración, dolor de estómago, estreñimiento y taquicardias.

También previene la conversión de la vitamina B6 en su forma activa, piridoxal-5-fosfato. Esto puede causar síntomas como retención de líquidos, depresión, irritabilidad, temblores musculares o calambres, falta de energía y piel muy seca.

Debido al grado de toxicidad en el que se encuentra el paciente con candidiasis crónica, el hígado tiene que filtrar una gran cantidad de químicos. Para que esto ocurra, las dos fases de desintoxicación de este órgano, la fase 1 y 2, requieren nutrientes como el zinc, selenio, cobre, magnesio, vitaminas B y C, glutatión, sulfuro, glicina y ácidos grasos esenciales, que debido a la mala absorción intestinal es muy posible que no se encuentren en las cantidades necesarias para que la desintoxicación se lleve a cabo correctamente. Este proceso de autointoxicación puede agravar el estado del paciente con candidiasis crónica cuando se encuentra en presencia de perfumes, humos u otros químicos inhalantes.

Los síntomas más comunes en pacientes con candidiasis crónica son

Fatiga.
Malestar general.
Dolores de cabeza.
Distensión abdominal.
Diarreas y/o estreñimiento.
Indigestión.
Ardor estomacal.
Deseo de comer carbohidratos (dulces, pasta, pan, etc.)
Depresión.
Mareo.
Sensación de resaca por las mañanas.
Dolor de articulaciones y músculos.
Molestias vaginales (picores, irritación, heridas etc.)
Retención de líquidos.
Insomnio.
Infecciones crónicas.
Alergias.
Picor anal.
Afonía.
Congestión nasal.
Ahogo.
Problemas de uñas.
Molestias oculares y de oídos.

Enfermedades y desequilibrios relacionados con la candidiasis crónica

Enfermedad de Crohn.
Colitis.
Síndrome del Intestino Irritable.
Artritis reumatoide.
Lupus.
Asma.
Psoriasis y eccema.
Sinusitis.
Esclerosis múltiple.
Fibromialgia.
Síndrome de la fatiga crónica.
Hipotiroidismo.
Hipoglucemia.
Depresión y estados de ansiedad.
Anemia.

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