martes, 28 de febrero de 2012

El valor del tiempo

Aunque ayer y antes de ayer han sido unos días muy agotadores, de verdad, unos minutos de ver el progreso de nuestros hijos, alivia cualquier dolor o malestar que tengamos.
Hoy por la noche Gabriel se acercó a donde yo estaba sentado y me puso su cachete y nariz en mi cara, luego sus manitos en mis mejillas y noté que le gustaba tocar mi barba incipiente y le daba como cosquillitas, cosa que evito hacerle, o si me lo pide, lo hacemos con moderación. Gabriel me miraba con sus ojos castaños y se reía. Esos minutos son invalorables. Luego le pdí que se sentara a mi lado, y lo hizo. Lo abarzé despacio y luego se subio a mis piernas para cargarlo un ratito. Es increíble que he tenido que esperar con paciencia casi 5 años para que Gabriel se vuelva a acercar a mi confirmando que YO EXISTO.....y a veces creemos que nosotros no mostramos interés en nuestros niños autistas y creemos que al no fijar su mirada en nosotros, ellos son los que se alejan, y qué lejos estamos de lo que pasa en realidad, si lo que pasa es que nosotros nos sentimos invisibles y llevamos eso como una cruz porque no podemos establecer contacto con nuestros hijos.
Estoy feliz por el progreso de Gabriel y aprovechando el verano, hoy empezó su control de esfínteres aquí en la casa, el proyecto se llama DEJA EL PAÑAL!, y ojalá lo logremos en este verano.
Ahora Gabriel está de vacaciones hasta el 5 de marzo, y en realidad está sirviendo el que esté aquí bastante, para integrarse más con sus hermanitos.
Olvidé comentarles que hubo un evento el sábado 18, como era sábado y de verdad era uno de esos días en que no pensamos cocinar nada en casa, decidimos ir a una pollería todos juntos con Naydú, y apenas bajamos a la calle, GAbriel quería ir hacia la Av. Arequipa, o sea, en dirección a su colegio. Luchamos un poco con él y tomamos un bus hacia la pollería. Aquí empezó el show: se molestó y no quiso ingresar al establecimiento, ni soquiera quiso aceptar las papas fritas que había frito Marina para que comiera con nosotros, nada de nada. Decidimos llevar todo a la casa y comer dentro....fue un dái que lo bautizamos como "el día que GAbriel no quería salir de casa". Esa era una de las pocas veces que hace un berrinche...eso no nos preocupó, sino que nos dio indicios de personalidad, o sea que ahora escoge, decide y se molesta ante una situación que lo incomoda....eso es muy bueno. Bye.

1 comentario:

  1. los encontre de casualidad
    me conmueve leerlos, ver la lucha constante por sacar a ese angelito adelante
    nada puedo hacer por uds. mas que desearles de todo corazón, que tengan la fuerza suficiente para ver a este niño cada día un poco mejor, no aflojen en la lucha, no decaigan, nunca se den por vencidos
    desde Uruguay, un abrazo fuerte
    namaste!

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