domingo, 9 de mayo de 2010

¡Feliz Día Mamá!!!!!


Apenas nos levantamos (7:20 a.m.), Gabriel y yo desayunamos y dejamos todo listo para darle el desayuno a mamá y a Sofía.
Luego de desayunar llamé a mi mamá, le recité mi poema de siempre (el mismo que le declamo desde hace más de 20 años) y justo en ese momento aparecieron ya levantadas mi esposa (Marina) y Sofía.
Llamamos a mi suegra, y luego de eso, coloqué a Gabriel frente a mamá y recitamos el mismo poema. Marina me dijo que esta vez todo le parecía muy bonito ya que esperaba que le dijeran mamá, y a pesar de que Gabriel lo dijo un par de veces, se que siempre extrañó que lo volviera a decir. Sofía nació para cubrir esas lindas palabras y a cada rato.
Durante la mañana nos preparamos para ir primero a la casa de mi suegra (esta vez tocaba así) y aunque nos apuramos nos dieron las 12 m. y salimos los cuatro a nuestro destino.
En el camino todo estuvo bonito, salvo al bajar del carro, pues me descuidé un segundo y Gabriel se escapó, felizmente hacia la dirección contraria a la pista y no avanzó más, pero nos llevamos un gran susto (ya apuntamos la lección aprendida).
Luego de este impase, y de llegar a casa de los abuelitos Preciado, nos dispusimos a cuidarlos, y en este caso es necesario hacerlo de a dos, uno cuidaba a Sofía y otro a Gabriel.
Toda la tarde la pasamos pendientes de los dos enanos, nos divertimos jugando, o descansando, comiendo y fue recién a las 4 p.m. que nos dispusimos a visitar a mi mamá, para saludarla. Esta vez fuimos más ordenados y llegamos a casa de mis padres sin ninguna novedad. Ya adentro de la casa los chicos iban y venían, Gabriel haciendo sus piruetas de siempre y Sofía llevando y trayendo mis libros de la biblioteca. Luego llegó mi primo Coqui, con su esposa e hija y mi tía Aleja. Como no habíamos llevado las pastillas de Gabriel, nos dispusimos a salir rápidamente para llegar a casa y darle su medicina. Podemos decir que llegamos con las justas, pues Marina le preparó su leche con risperidona y unos segundos después se quedó dormido. Lo mismo pasó con Sofía, pero ella se adelantó durmiéndose antes en el carro de regreso.
Bueno, fue un bonito día, la pasamos con nuestras mamis como siempre, recordamos a las que se fueron antes, pero que de seguro aún se quedan para cuidarnos. No me queda más que decirles, de parte de Gabriel, Sofía, Marina y de parte mía, ¡FELIZ DÍA DE LAS MADRES! a todos y a todas, pues no hay nadie quien no haya tenido mamá, y sobre todo, un gran saludo a todas aquellas mamás que tienen un ángel, un niño o niña con habilidades especiales, y que con su cariño y amor está tratando de hacer que salga adelante en esta sociedad. Bye.

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