viernes, 15 de enero de 2010

¿Cómo darse cuenta del autismo? (Parte 1)


La única aproximación que había tenido en mi vida con el autismo fue la película "Rainman" hace más de 15 años y me había formado un concepto sobre las personas autistas. Lo único que sabía era que tenían un movimiento de vaivén y que no se comunicaban con los demás, pero tenían alguna habilidad especial como calcular rápidamente, memoria fotográfica, entre otras habilidades especiales.
Tuvo que darme Dios la oportunidad de que naciera Gabriel para comprender y saber más de estas personas con habilidades especiales.
Cuando Gabriel nació no tenía ningún síntoma especial, él siempre acudía a sus consultas médicas y lo evaluaban, y el resultado siempre era bueno, sus percentiles estaban sobre el promedio, Gabriel empezaba a articular algunas sílabas, decía agua, papá, mamá y otras palabras, tenía una sonrisa a flor de labios, todo era normal en él.
Fue cuando tenía cerca de 2 años cuando la psicóloga de su estimulación temprana en el Nido Crayolas le contó a la profesora de Gabriel, que a la vez nos contó a nosostros, que Gabriel no se integraba a los juegos y dinámicas como antes, como si se estuviera alejando. recuerdo haber ido a verlo algunos días y lo veía echado en el piso sin reaccionar a nada y sin querer integrarse con los demás niños. Inclusive parecía que tenía mucho sueño. A la vez comenzó a tener problemas para dormir, por ejemplo, se dormía a las 11 p.m. ó 00 horas y se despertaba a las 2 a.m. y por varios días. La profesora nos recomendó que lo observara un psicóloga para que lo evaluara. Obviamente esto nos preocupó mucho, pero no sabíamos a qué nos enfrentábamos.
Como Gabriel ya cumplía 2 años, decidimos ingresarlo a un colegio donde pudiera aprender más cosas y donde pudieran evaluarlo con una psicóloga. Encontramos el Colegio Santa María de Fátima (SAMAFA) y lo admitieron en nido de 2 años. La psicóloga que lo evaluó nos dijo que iba a hacerle un seguimiento para observar si hasta el medio año hablaba. Lamentablemente Gabriel era el único de 2 años, por lo que decidieron ponerlo junto con los niños de 3 años. Recuerdo que se divertía mucho, pero no se integraba aún, pero empezó a volver a articular sílabas, cosa que ya no hacía y que me imagino sucedió porque escuchaba a los demás niños que ya hablaban. Hasta ese momento se creía que tenía algún problema de lenguaje y hasta inclusive algún problema auditivo.
Luego de algunos meses se abrió el aula de 2 años y Gabriel retrocedió, ahora él era mayor que los demás niños y creo que eso no le fue muy conveniente ya que retrocedió. Su profesora nos comentaba que cuando celebraban alguna fiesta de cumpleaños, apenas coreaban el happy birthday, Gabriel salía despavorido llorando sin parar, tampoco reaccionaba a su nombre.
Todo esto nos tenía desconcertados y no sabíamos en realidad qué hacer. Nuestros padres, con el ánimo de ayudar, nos sugerían llevarlo a centros especializados, pero no queríamos hacerlo hasta que un especialista o su pediatra nos recomendara algún lugar o en su defecto que nos diga qué hacer.
A mitad del año, tal como lo prometió la psicóloga del colegio, junto a la coordinadora nos informaron que Gabriel podría tener hiperactividad o autismo. Ninguno de los 2 diagnósticos era bueno. Nos recomendaron que Gabriel sea visto por un neurólogo pediatra, alguien especializado que definiera lo que tenía Gabriel.
Acompañado a todo lo demás, estaba presente el conocido "aleteo" lo cual definió el diagnóstico de Gabriel como autismo leve.
Hasta aquí el principio de la historia, mañana seguiremos. Bye.

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