martes, 12 de enero de 2010

La importancia de la familia


Me preguntaron en una ocasión cómo había reaccionado mi familia cuando nos enteramos que Gabriel era autista, y hasta ahora puedo recordar las caras de susto de mis padres y suegros, pues no comprendían qué era el autismo.
Nos llevó varios meses el que entendieran de qué se trataba. Al principio creían que era una especie de atraso que sólo afectaba su lenguaje e insistían en que lo llevemos a terapias de lenguaje, sugeridas por otras personas o familiares, que a la vez no sabían del tema. Esto es común, la preocupación les lleva a la negación, esa etapa oscura y triste, pero de la que afortunadamente Marina y yo salimos rápidamente. En mi caso, para los que me conocen, no suelo asustarme con noticias impactantes, me preocupo, pero mi primera acción es estudiar de qué se trata, y eso es lo que hice. En el caso de Marina, sí estaba conmocionada al inicio, pero afortunadamente, como buena compañera, me apoyó en la búsqueda del entendimiento sobre lo que le pasaba a Gabriel.
Fueron muchas noches en las que no dormía y me la pasaba buscando en internet sobre el autismo, encontré cosas muy esperanzadoras, como cosas muy tristes. Al final, no valía la pena buscar el por qué sino cómo íbamos a apoyar a Gabriel y mejorarlo.
Nuestras familias afortunadamente nos apoyaron asistiendo a las escuelas para padres del CASP. En verdad no pensé que lo harían, pero debe ser tan grande el amor que le tienen a Gabriel, que compartieron su tiempo para saber qué es lo que le pasaba a su nieto.
Ahora me alegra ver que los abuelos y padres han cambiado su forma de ver estos síndromes, ya no lo niegan o esconden como sucedía hace algunas décadas, ahora se preocupan por sacar adelante a sus hijos o nietos.
Amigos, seguidores, tengan mucha paciencia con su familia, acojan a todo aquel que busca acercarse a su hijo autista, expliquen lo qué son los autistas a aquellos que no lo entienden y si aún así no entendieran, no se detengan, sigan ustedes adelante y refuercen filas con aquellos que están dispuestos a involucrarse para mejorar a nuestros niños. Agradezco a mi familia y a la de Marina por su gran apoyo.
Por otro lado, ¿cómo va Gabriel? ha demorado en dormir y conciliar su sueño, y lo noto aún alterado, ha vuelto a ser un poco agresivo, pero noto también que él mismo trata de contenerse. Tiene mucha ansiedad que se traduce en un apetito desmedido y preocupante. Tal vez sea su repuesta también al embarazo, o al ambiente tenso que vivimos en estos momentos por el accidente de la abuelita Carmen. Veremos qué pasa en estos días. Bye.

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