viernes, 8 de enero de 2010

¡La cajita se rayó!


Ayer fue un día difícil. Gabriel se durmió a las 5 p.m. y se despertó a las 2 a.m. (como antes) y yo lo cuidé hasta las 2:45 a.m., pero como debía trabajar, Marina se ofreció a cuidarlo. Para mi sorpresa, Marina entró al cuarto a despertarme y eran las 7 a.m. y me pidió que yo viera a Gabito porque no daba más. Cuando me lo dejó, entramos a la cocina y me asusté, pues entre las 3 a.m. y 7 a.m. Gabriel ya se había comido un paquete de galletas y ya iba por la segunda manzana y no se qué otras cosas más se habría comido. Esto me asustó porque era como volver al comienzo y daba la impresión de que habíamos perdido a nuestro Gabriel y me habían regresado al anterior...Dios Santo!
Felizmente Marina sacó fuerzas de donde sea y lo siguió cuidando ya que yo debía alistarme para ir al trabajo.
Durante todo el día estuve preocupado porque no sabía cómo reaccionaría Gabriel en casa. Afortunadamente Marina me llamó, presintiendo mi preocupación, para avisarme que Gabriel había sucumbido al sueño y se había dormido a las 10 a.m.
Sofía estaba con fiebre porque le ha dado una virosis "boca, mano, pie"; y también ha estado fastidiada (no podía ser mejor!). Gracias a la medicación se ha logrado bajar la fiebre y está mucho mejor.
Cuando regresé a casa para almorzar, Gabriel recién se despertaba (1:30 p.m.)y aunque no lo crean, estaba con hambre. No almorzó su quinua guisada que tanto le gustaba, quería comer los tallarines con ají de atún...hasta los gustos le han cambiado. Sabíamos que Gabriel podría retroceder un poco, pero no sabía que tanto en tan poco tiempo. Marina me dice que es porque ya no va al CASP...yo ya no se qué pensar. Mañana lo pasaré con ellos y veré si hay progreso. Bye.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta mi escrito.